¡Me siento realizado!
Mi vida antes de empezar a consumir drogas era la de cualquier chaval, cumplía con mis deberes, solía ser muy alegre y me sentía satisfecho con lo que hacía. Disfrutaba mucho de la compañía de mis amigos, con quienes pasábamos la tarde viendo y comentando los partidos de fútbol. Mis problemas solo eran los comunes a los de un adolescente, mis padres siempre procuraron para mi una buena vida y, en general, todo marchaba bien.
Todo lo bueno que un día tuve empezó a esfumarse a los 16 años cuando por curiosidad probé un churro de marihuana, desafortunadamente me gustó y continué con esta adicción por varios años más. Mis papas al darse cuenta de lo que estaba consumiendo, se sintieron defraudados y la confianza que habían depositado en mí, me la retiraron. Con este hecho, comenzó una espiral descendente a través de la adicción a las drogas.
Mi madre fue quien más sufrió durante todos estos años, ella estaba desesperada porque no quería que siguiera consumiendo drogas, además de que padeció todas las consecuencias del gran problema en que estaba metido. Llegó un punto en que pasé muchos límites y no tuve reparo en engañar y coaccionar a mi mamá para gastar grandes cantidades de dinero en substancias. Durante todos estos años, de pronto llegaban a mi mente algunos pensamientos fugaces de que no estaba en el camino correcto y que debía hacer algo al respecto, desafortunadamente, la adicción era superior, además de que no quería escuchaba a nadie.
“Me aislé de toda la gente buena que me rodeaba, ya no contaba con amigos a quienes pedirles un consejo sincero. No quería acercarme a nadie y mi único refugio era la anestesia de las drogas para no sentir”.
En varias ocasiones intenté dejar de consumir por mi cuenta y en otro centro de rehabilitación, siendo mis esfuerzos en vano porque invariablemente recaía y cada vez más profundo. Un día ya no pude más y decidí pedirle ayuda a mi madre, quien no dudó en hacerlo porque sabía todo lo que había perdido y sufrido. Por medio de Internet conocimos Narconon Los Molinos y cuando fuimos a visitar el Centro por primera vez, supe de inmediato que era el sitio adecuado para terminar con mi problema de adicción a las drogas. Estaba convencido que esta era mi oportunidad y no había otra.
Desde el primer momento en Narconon Los Molinos, me sentí comprendido y apoyado por todo el staff. Además de que me tocó la fortuna de compartir con otros compañeros con quienes me sentí identificado y, entre todos, nos motivábamos para continuar, a pesar de que a veces las cosas no fueran tan sencillas.
La tecnología que maneja Narconon es muy distinta a todo lo que había escuchado antes y lo que yo mismo viví en otro centro de rehabilitación, parece muy sencillo y lo es al final del día, pero sí requirió compromiso y voluntad de mi parte.
La primera etapa que realicé fue la Retirada Libre de Drogas, me costó trabajo los primeros días porque aún tenía mucha ansiedad y comencé a sufrir los estragos del síndrome de abstinencia. Me asustó un poco el hecho de que no utilizaran ningún tipo de medicamento que me ayudara con las molestias que estaba sintiendo, no obstante, el staff está bien capacitado para ello y a través de distintas técnicas y muchas vitaminas me ayudaron a pasar esta etapa. Verdaderamente lo sentí como un logro y mi mayor ganancia fue que empecé a descansar mejor, aunque al inicio no.
El siguiente paso que hice fue la Desintoxicación de la Nueva Vida, se trata de una combinación de ejercicio, sudado en calor seco de sauna y un régimen nutricional específico. Esta etapa del Programa, en particular, representó un reto mayor que el paso anterior. No obstante, cuando tuve ganas de desistir pensaba en mi hijo, en mi familia y en todo lo que quería lograr al salir de Narconon. Además de que tuve la fortuna de contar con compañeros, quienes, entre todos, nos motivábamos a seguir adelante.
Con Los Objetivos, como siguiente etapa del Programa, logré darme cuenta de muchas cosas. Este paso se trata de una serie de ejercicios que ayudan a la persona a dirigir su atención en el entorno presente e inmediato. Gracias a estos procesos, me di cuenta de que cuando estaba en consumo, mi percepción del entorno se nubló totalmente y, por ello, me alejé de todos y de todo. Nunca estaba enterado de que sucedía a mi alrededor y mis esfuerzos se iban en huir de mis problemas u ocultarlos.
Gracias a estos ejercicios descubrí que la raíz de mi adicción fue el hecho de querer huir de mis problemas. Además de que me di cuenta de que fue en vano no querer confrontarlos, ya que no desaparecieron y se multiplicaron.
Como última etapa del Programa realicé los Cursos de Destrezas para la Vida, entre los cuales, hice un ejercicio que me ayudó mucho a confrontar y tomar responsabilidad de todas las malas acciones que cometí durante el tiempo de consumo. Gracias a este ejercicio en particular, me di cuenta de que, al drogarme, no sólo me hacía daño a mí mismo, sino que herí a las personas de mi alrededor que de manera auténtica sólo buscaban un bienestar para mí.
El día que terminé el Programa de Narconon Los Molinos me sentí realimente feliz. Estaba orgulloso de lo que había logrado y tenía la seguridad de que por fin alcanzaría mis metas, a través de llevar una vida libre de las adicciones a las drogas.
Hoy tengo la certeza de que con un trabajo constante y aplicando todas las herramientas que aprendí en Narconon, las cosas buenas llegarán a su debido tiempo y sin prisas. Me siento como un hombre renovado, seguro de mí mismo y, gracias a que la comunicación con mi familia mejoró mucho, recuperaré la confianza que un día perdí. Me esforzaré para que me hijo tenga a un padre en quien pueda confiar para ser su guía en esta vida, en todo el tiempo que duró el Programa él fue mi fortaleza y ese motor para seguir adelante.
“Mi consejo para quienes están pasando por un problema de adicción a las drogas y al alcohol, es que dejen de consumir y pidan ayuda sino pueden solos. El orgullo nunca es un buen consejero”.
Gracias al Programa de Narconon Los Molinos hoy me siento realizado y libre al quitarme las ataduras, la dependencia y todo lo que me anclaba a una infelicidad.
Javi, Graduado de Narconon Los Molinos