¡Con tres segundos de lucidez!

Hombre sober
(Foto de franz12/iStockPhoto.com)
 

Tuve la fortuna de crecer en medio de una buena vida, jugar al fútbol y pasarla bien con mis primos era lo mejor. Tenía esa frescura de un chaval que vivía libremente sin estar atado a nada, sin mayor preocupación que la de los estudios y tenía la energía para jugar por muchas horas.

Toda es frescura y felicidad se apagó en la adolescencia, con tan solo 14 años comencé a consumir marihuana. Tenía mucha curiosidad por saber qué se sentía y como no tenía acceso a esta droga, le pedí a un amigo que me la consiguiera y él no dudó en hacerlo. Desafortunadamente la sensación me gustó y, en un inicio, el consumo fue esporádico hasta que la adicción me atrapó. Entre los 20 y los 25 años que actualmente tengo, no sólo fue la marihuna, sino que además conocí el alcohol y la cocaína.

Como consecuencia del consumo de substancias psicoactivas a los 20 años comenzó el declive en mi vida, la comunicación con mi padre ya no era la de antes y comencé a aislarme del resto de mi familia y, en sí, me aislé de todos hasta de mi propio ser. Durante estos cinco años que estuve perdido en la obscuridad de las drogas, también perdí mucho dinero; yo siempre he trabajado y tuve la capacidad de generar buen ingreso, pero siempre estaba con lo justo porque mi prioridad era la cocaína y el alcohol. Mi círculo de amistades no incluía a personas que no consumieran, puesto que mis intereses habían cambiado y no empataban con las de alguien que no lo hiciera. Mi comportamiento se volvió irascible, no confiaba en nadie y a pesar de que nunca robé para consumir, mi familia me tenía miedo.

“Tuve como 3 segundos de lucidez donde me di cuenta de que no podía seguir así, que debía dejarlo todo y buscar un centro de rehabilitación, esa fue mi decisión.”

Cuando no estaba bajo los efectos de las drogas, era consciente y sabía que si no me internaba en algún sitio iba a ser imposible que por mis propios medios o sin el apoyo de mi familia, terminara con esta problemática. Afortunadamente, pasó lo inesperado en uno de esos días del mundo de tinieblas en que me encontraba, duré cinco días en continuo consumo de alcohol y cocaína y, al tercero, tuve tres segundos de lucidez en lo cuales decidí buscar un centro de rehabilitación porque ya no podía seguir así. El día que dejé de consumir seguí firme con mi decisión, me di cuenta de que quería mi vida de regreso, quería estar limpio y no sentirme mal todo el tiempo y eso fue lo que les comuniqué a mi madre y a mi esposa. Ese mismo día dejé mi trabajo y me preparé para irme a Narconon Los Molinos.

Mi esposa ya llevaba meses buscando lugares de rehabilitación de drogas y alcohol y encontró por medio de internet el centro de Narconon Los Molinos. El día que yo le dije a mi esposa que quería internarme, ella coordinó todo para irme lo antes posible.

Cuando llegué a Narconon solo pensaba en que tenía que acabar con mi adicción a las drogas y al alcohol y que tenía que salir bien de ahí. Por fortuna, todo el personal contribuyó para alcanzar mi meta porque desde el inicio todos me trataron muy bien y, en sí, todo estuvo estupendo. Para salir de este problema se requiere trabajo y compromiso, y aunque hubo días en que era un verdadero reto y que pensaba en que ya me quería ir, yo siempre estuve muy decidido para cambiar. Uno de los mejores momentos en Narconon fueron las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, no recuerdo unas fiestas más tranquilas que las que pasé aquí, estuvo increíble.

Las victorias que logré en Narconon Los Molinos hicieron posible que hoy pueda ver el mundo de una forma más favorable. Gracias al Programa me siento con estabilidad emocional, más positivo, equilibrado, recordé la libertad de vivir sin drogas ni alcohol, volví a recuperar la confianza en mí mismo y me conozco mejor. Hoy, por fin, encuentro tranquilidad en mi vida.

“Mi esposa se merece lo mejor de mí por todo el tiempo que ha pasado a mi lado y por todo lo que tuvo que soportar”.

El día de mi graduación del Programa me sentí aliviado y me propuse poner en práctica todo lo que aprendí en el tiempo que estuve en Narconon, me di cuenta de que estando bajo el consumo de drogas es muy difícil, estás atado sin ganas de hacer nada y, en general, es muy doloroso todo. Lo primero que hice al salir fue ir a una cafetería con mi esposa, pedir un café y tomarla de la mano.

Mi mayor logro es volver a vivir sin drogas ni alcohol y tengo la certeza de ello, puesto que hoy disfruto mucho sin substancias y no me hace falta nada. Poco a poco he ido recuperando la confianza de los demás y me hace sentir muy bien que mis padres estén tranquilos y que mi esposa no esté preocupada. Hoy la relación con mi familia es muy relajada, jovial y no me hacen sentir juzgado ni me reprochan nada.

Para alguien que atraviesa por una adicción a las drogas o al alcohol, le aconsejo que se aparte lo más pronto posible porque eso no hace feliz a nadie. Con la droga a tu lado nunca irás arriba solo bajarás lentamente a un precipicio. Sólo sabrás lo que es la verdadera felicidad cuando te apartes de las drogas.

Jorge, Graduado de Narconon Los Molinos.


AUTOR
JL

Juan Luis Dominguez

NARCONON LOS MOLINOS

EDUCACIÓN Y REHABILITACIÓN DE DROGAS