Un gran motivo llamado Vida
Tuve la gran fortuna del recuerdo de una infancia feliz a lado de mi familia, jugando con mis amigos y disfrutando los días de pesca. De adolescente era un chico alegre, estudioso, deportista, con muchas metas y sueños por cumplir. Mi familia solía estar orgullosa de mí, quería seguir estudiando y llevar una buena vida como todo joven de mi edad con un mundo por delante.
Los veranos solía ir a casa de mis abuelos, ellos eran muy buenos conmigo y muy amables con mis amigos, mi abuela nos hacía de merendar a todos y eso nos hacía muy feliz. Mientras tanto, mi abuelo nos llevaba al río y al pantano a pescar. Fueron grandes momentos que nunca se borrarán de mi memoria.
En general todo corría en orden, hasta que un día con un compañero del fútbol probé la marihuna por primera vez cuando tenía 15 años. Lo hice porque sentí curiosidad, me dio la sensación de verme mayor y más interesante. Mi amigo ya tenía tiempo que fumaba porros, él los conseguía y me enseñó todo lo relacionado, incluso, a armar un cigarrillo.
En un inicio la marihuna me hizo sentir muy bien y esa sensación fue la que me gustó, enganchándome de ella. Tiempo después la droga me empezó a cambiar me volví más tímido, más retraído con las mujeres y en general muchas amigas prefirieron alejarse de mí. Sin más remedio mi desempeño escolar bajó y tuve que abandonar los estudios que tanto anhelaba seguir. Mi familia se dio cuenta del problema por el que estaba pasando y ellos sólo buscaban ayudarme, sin embargo, yo rechazaba tal ayuda y negaba a toda costa lo que sucedía.
Empecé a tener varios trabajos, mis acciones reflejaban inestabilidad y constantemente cambiaba de empleo. Un día decidí dejar la marihuna, más no la droga porque la reemplacé por cocaína. Fue en ese momento en que la espiral descendente comenzó a ser más evidente porque ya estaba inmerso en la cárcel de la adicción.
Fue una época realmente difícil para mis seres queridos, ellos ya no me veían como una buena persona. Ellos veían en mí a un chaval de quien debían cuidarse, empecé a robar cosas de mi casa para conseguir una dosis adicional, mi carácter se tornó muy irascible y preferían mantenerse alejados. Mis amigos que eran muchachos de bien también se alejaron por completo y comencé a tener malas amistades con quienes consumía. Todo esto que sucedía conmigo también le afectó a mi hermano menor, porque él terminó consumiendo marihuana en consecuencia de mi ejemplo.
“De haber crecido en un hogar armonioso,
todo de pronto era un caos familiar”.
Así pasó un largo tiempo en el que andaba muy mal, ya rondaba por mi mente el hecho de que debía parar y la única forma para hacerlo era a través de un programa de rehabilitación. Sin embargo, no me sentía con el coraje suficiente para hacerlo y prefería una dosis adicional de cocaína antes que confrontar la realidad.
Un día en los que fui a robar para comprar más droga, mi madre y mi novia se dieron cuenta porque no sabían nada de mí, no contestaba llamadas ni mantuve comunicación con alguien cercano. Cuando llegué a casa, ellas estaban juntas con mucha preocupación porque no sabían si me había sucedido algo, al verlas en ese estado, me derrumbé y les conté todo lo que estaba sucediendo; la respuesta de mi madre fue que si no hacía algo al respecto me echaría de la casa y mi novia estaba dispuesta a terminar la relación si no tenía una mejor vida.
A pesar de la amenaza de mi madre, fue ella quien me dio la mejor ayuda que me pudo haber dado. Gracias a ella supe de Narconon Los Molinos porque los hermanos de alguien cercano a la familia estuvieron ahí y llevan más de 10 años fuera de la adicción, con vidas estables y prósperas. Lo que terminó por convencerme para hacer el Programa de Narconon es que es totalmente natural, es decir, no utilizan ningún tipo de medicación como paliativo de la adicción.
Cuando llegué a Narconon Los Molinos, el staff me trató muy bien y ese hecho hizo que me relajara y me pusiera en disposición del Programa. Además de que sabía que debía hacerlo por completo, no sólo por mí, sino que si no confrontaba mi realidad me quedaría completamente solo. Me gustó que desde el inicio hice amistad con otro de mis compañeros, con quien todo el tiempo nos apoyamos para hacer lo mejor posible todas las etapas del Programa.
El hacer el Programa para mí, representó un reto muy grande lleno de satisfacciones, cada uno de los pasos se complementa y te guía hacia una vida libre de la adicción de las drogas. Cada persona que pasa por Narconon tiene una historia diferente, por ello el progreso de cada uno es personal, pero con una visón de empatía y solidaridad para ser una mejor persona para tu comunidad. En términos generales, estas fueron mis ganancias que hicieron posible que el día de hoy tenga un gran motivo llamado vida:
- Retomar el gusto por el deporte y ser capaz de correr una hora seguida.
- El día que me dijo mi madre, durante una llamada, que estaba orgullosa de mí.
- El día en que me di cuenta de que a pesar de todos los problemas que tenía, era capaz de no culpar a nadie, no meterme en problemas y no faltarle al respeto a nadie.
- Aprendí a respetar las normas.
“Me sentí muy orgulloso de mí mismo al saber que en mis manos está el poder cambiar para se una mejor persona”.
El día en que terminé el Programa me sentí muy satisfecho por no haber desistido y por concluir debidamente un ciclo, situación que por años no había hecho. Debo confesar que cuando salí de aquel bello lugar tuve miedo de regresar a los mismos lugares, no obstante, estaba confiado de que con las herramientas que aprendí en Narconon podría manejar todo aquello que no me llevara por un buen camino. El día en que terminé nuevamente había trazado un nuevo camino para mí, uno libre de las adicciones a las drogas y esta vez estaba cierto de que lo conseguiré.
Hoy recuperé a mi familia, nuevamente confían en mí y me están ayudando para que pueda cumplir mis metas y sueños. La energía que tengo ahora es insuperable, pienso de una manera más analítica las cosas y los problemas no me superan, en definitiva, esto es tener una buena calidad de vida.
¡Gracias Narconon Los Molinos!
Alejandro, Graduado de Narconon Los Molinos.